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Viajar a Marruecos

Tan cerca, pero a la par tan lejos. Viajar a Marruecos es entrar en África por la puerta grande. Es sumergirse con los cinco sentidos en el exotismo de sus medinas, sus zocos, sus riads. Es viajar a través de los colores de sus especias y el aroma de su té. Es dejar el reloj a un lado y vivir el tiempo de otra manera.

Para vivir sin prisas hay que viajar a Marruecos

Conocer a los marroquíes suele implicar sentarse a disfrutar de una taza de té a la menta, relajarse y ver la vida pasar, sin prisa, contemplando el paisaje.

Viajar a Marruecos también es subir hasta el pico más alto del norte de África, aprender a preparar cous cous, montar en camello, regatear en los zocos, perderse por la medina, sudar en el hammam, dormir en los famosos riads y degustar tajín con aroma de azafrán y argán.

Ya sea en idílicos pueblos de montaña como Chefchaouen; en pueblos de de costa, como Essaouira; o en grandes medinas como la de Fez (la ciudad islámica medieval activa más grande del mundo) o Marrakech; al viajar a Marruecos te sentirás en comunión con la tradición nómada y comerciante, con su paz y su frenesí, pero, sobre todo, con su misticismo.

Idílicos paisajes

Desde las dunas del Sáhara a las cimas del Alto Atlas,  Marruecos está tapizada de idílicos paisajes. El Alto Atlas, el Rif, las cordilleras que llevan hasta los oasis del Sáhara…Montañas que ofrecen impresionantes cielos nocturnos  y vistas sobre suaves bancos de nubes desde el paso de Tizin’Test. Zonas ideales para que los amantes del deporte practiquen trekking ya sea en cascadas, cuevas, abruptas costas o desiertos. Terrenos de lo más variopinto donde encontrar a bereberes, árabes y saharauis.

Cuándo viajar a Marruecos

Debido a su situación geográfica Marruecos cuenta con un privilegiado clima por lo que es un país que prácticamente se puede visitar durante todo el año.

No obstante, la época más propicia para disfrutar al máximo de este destino es la primavera, ya que es en esta fecha cuándo sus paisajes muestran toda su belleza y además el clima es más templado.

Así que si quieres sacar el máximo partido de tu viaje a Marruecos, los meses de noviembre a marzo son los más indicados.

Qué ver

  • La Medina de Fez y el barrio de los curtidores.
  • Chefchauen, la ciudad azul, considerado como una de las más bonitas de Marruecos.
  • Asilah, relax junto al mar.
  • En Ouarzazate, la puerta al gran desierto del Sahara, se encuentra el Ksar de Ait Ben Haddou, uno de los lugares que ver en Marruecos más imprescindibles. Ait Ben Haddou es un maravilloso pueblo de arcilla y adobe, detenido en el tiempo en una zona árida y rocosa, que te sorprenderá. Además, estos lugares han sido escenario de películas como Gladiator, El reino de los cielos o La joya del Nilo.
  • Las gargantas del Dadé y Todra, donde podrás disfrutar de los paisajes más espectaculares de Marruecos, con sus gargantas y cañones kársticos.
  • Las Cascadas de Ouzoud, con saltos de agua de más de 100 metros.
  • La Plaza de Jamaa el Fna de Marrakech.
  • El desierto del Sahara para hacer excursiones y donde es imprescindible pasar una noche en una jaima bajo un manto de estrellas.
  • Essauoira, conocida como la perla del Atlántico, esta ciudad de pescadores está declarada como Patrimonio de la Humanidad.
  • Volubilis, el yacimiento romano mejor conservado del norte de África.
  • Meknès, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos.

Gastronomía en Marruecos

Marruecos posee una rica y diversa gastronomía, gracias a la multitud de intercambios culturales que ha tenido durante su historia. Una cocina única que combina la sencillez y el refinamiento en su elaboración, a lo que se une una mezcla de lo dulce y lo salado, así como el uso intensivo de condimentos y especias.

Entre los platos más tradicionales y conocidos destacan el cous cous y eltajín. Pero si viajas a Marruecos, no dejes de probar otras delicias culinarias típicas en este país, como bastela, bissara, harira, kefta, touajen y hout, zaalouk de berenjenas, méchoui o djaja mahamara.

Otro fuerte de la gastronomía marroquí son sus dulces y postres. No dejes de probar  kaab el ghzal o cuerno de gacela, que suelen ofrecerte junto con té verde como símbolo de hospitalidad.

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